Tras una primera entrada en la que me pude estrenar hablando sobre aspectos a considerar a la hora de adquirir calzado de baloncesto, hoy me atrevo a escribir sobre una de las lesiones más recurrentes en nuestro deporte.
¿Acaso hay alguien en la sala que no la haya sufrido nunca?
Efectivamente, hablamos del esguince de tobillo.
Mi idea no es tanto saber qué es, cómo se produce o de qué grado de afectación es cada uno de los esguinces que puedas sufrir. Esto ya os vendrá diagnosticado y explicado por vuestro médico o fisio de confianza si tenéis la mala suerte de padecer uno.
Empecemos pues. Lo primero para tratar un esguince viene antes de sufrir uno. Al primer especialista que se tiene que visitar es al podólogo. Él nos hará un estudio de nuestro pie, tanto en dinámica como en estática para valorar cómo se tiene que trabajar ese pie para ofrecer un máximo rendimiento y minimizar el riesgo de lesiones. No es lo mismo un pie plano, que un pie cabo en su forma de apoyar, ni el trabajo que tiene que realizar cada uno. En un mundo ideal (como dice la canción de Aladín), esta información es oro para ir a ver al preparador físico. Éste sabrá como trabajar cada aspecto del pie que el podólogo ha detectado y entre los dos marcarán el camino para tener un tobillo en las mejores condiciones para la práctica deportiva.
En los últimos tiempos el concepto de foot core (trabajo especifico de la musculatura intrínseca del pie), ha ganado en importancia. Conceptos como estabilidad o reactividad mejoran el rendimiento y disminuyen riesgo de lesiones. Pero como pasa siempre en esta vida, hay aspectos que no se pueden controlar. Pisar a un rival, un gesto fortuito o que la pista tenga algún elemento contaminante y produzca desequilibrio, pueden provocar un esguince.
Si tenemos un esguince al profesional que debemos acudir es al fisioterapeuta y nuestra prioridad debe ser recuperar este tobillo. Cómo y de qué manera es algo que le corresponde a dicho profesional pues hay multitud de variables y métodos para ello.
Pasado el tiempo marcado por el fisio, el paciente tendrá el alta médica y a partir de aquí ya no somos pacientes, somos deportistas sanos y recuperados pero esto no indica que podamos empezar a entrenar y jugar a toda máquina. Para hacer esto se necesita el alta deportiva, algo que lamentablemente muchos deportistas acostumbran a ignorar.
Lo ideal sería que entre el alta medica y el alta deportiva volvamos a ver a nuestro preparador físico. Éste nos pondrá otra vez a tono, con ejercicios de potenciación del pie, propiocepción … pasa como con la recuperación del fisio, hay mil ejercicios y maneras de hacer este trabajo para poder estar al máximo y rendir como el primer día. Llegado el momento él nos dará el alta deportiva y podremos otra vez jugar y jugar y volver a jugar...
Sobre el tema tapes o tobilleras, me permitiréis que lo deje para otra entrada porque creo que da para unas líneas sólo de este tema... ¡Hasta la próxima!
Puedes ponerte en contacto con Podología Mosquera, centro de podología y fisioterapia especializado en deporte, estudio biomecánico y de la pisada ubicado en Sabadell (Barcelona) para más información. ¡Nuestra experiencia trabajando con David y su equipo es espectacular!
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